El reloj de la cocina, dijo ¡hasta aquí hemos llegado!, solo
le funcionaba el minutero, sin embargo mi padre ha decido darle una segunda vida Tintinera.
Tras retirarle el fondo original, y las saetas inservibles,
se le coloco una cartulina negra y unas estrellas pegadas, la tierra y la luna
y en el minutero el Cohete y Tintin.
Así pues y desde este sábado cada minuto el cohete va una y
otra vez de la tierra a la luna .
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